¡Qué comience el vuelo, quedan 80 días! |
Tal vez no entiendas la razón por la que
andas leyendo esto amigo lector y no te culpo, empecemos un poco con el
contexto: Comencé a estudiar en Junio en la Facultad de Derecho en un curso de
Urbanismo y Territorio a cargo de una organización junto con 49
estudiantes de todo el país.
Antes de estar de intercambio en el viejo
mundo tuve otra experiencia, vivir un semestre en Mérida, Yucatán y estudiar en
la UADY, en resumen es un sitio sumamente tranquilo con gran cultura y
tradición (No olvidemos su deliciosa comida), como meta personal me propise viajar
por toda la península y para abril de 2016 lo logré, 42 localidades, 3 vueltas
a la península, solo, en familia, con amigos, en coche, etc, al final muchas
historias que contar y contextos muy distintos.
Finalmente mi experiencia peninsular
duró un segundo, mis viajes para viajar a Belice, Guatemala o Cuba fracasaron,
me atreví a meter esta convocatoria con destino a Málaga sin saber lo que
realmente estaba haciendo, si era aceptado me iba con el semestre en curso, aventé mis pertenencias a una caja y decidí llevármelas a León,
Guanajuato, mi lugar de origen y la casa de mis padres.
Meta Yucateca: Conocer toda la península. |
Al final llegó el 8 de mayo, día de los
resultados y del vuelo de regreso a Ciudad de México, tomé mis pertenencias, mi
maleta, mi iMac grandota y partí al Aeropuerto de Mérida, decidí hacer mi
check-in y a 30 segundos de haber terminado la documentación en el mostrador el
celular comenzó a timbrar.
-Otro número de México ¿Ahora quién es?-
Esto respondo cada que un número de la capital sin registro me llama,
seguramente es el banco o Telmex, siempre lo hacen con el fin de molestar
u ofrecer un producto que ni vale la pena.
De igual manera respondí el teléfono
pero con tono sarcástico, no tenía de otra, igual podía ser un amigo o alguien
que realmente me necesitara. Al final solo logré arruinar el inicio de la
llamada.
-¡Bueno! ¿Pues quién es, qué pasa? –
Respondí en un tono altanero.
-¿Habla Esaúl Hernández?, habla el presidente del grupo, ¿Sabes por qué te estamos hablando, verdad?
-¿Habla Esaúl Hernández?, habla el presidente del grupo, ¿Sabes por qué te estamos hablando, verdad?
Pena y pánico total, le grité al
presidente y me está hablando personalmente, no sabía que es lo que quería. Llegué
a pensar mil cosas, papeles erróneos, algún regaño, una entrevista vía
telefónica para pasar un filtro, estaba muy nervioso y a unas horas de tomar un
avión, tal vez si iba a ser necesario buscar un vuelo de regreso a Mérida
-¿Me hablan porque necesitan más
información? – Respondí con miedo.
-No es necesario más, esa etapa ya pasó, te nos vas a España con nosotros pasado mañana, felicidades.
-No es necesario más, esa etapa ya pasó, te nos vas a España con nosotros pasado mañana, felicidades.
Por dentro exploté, parecía como si
hubiera ganado la lotería o algún juego de “Atínale al precio”, mis amigos que
me acompañaron al aeropuerto me vieron temblar y llorar encima de los
mostradores de Aeroméxico.
Por un instante chocaron miles de
pensamientos, varias metas se hacían añicos mientras otras aparecían como si se
trataran de plantas a hiper velocidad, sólo pensaba en tirarme al suelo y creer
que en medio de un sueño iba a comenzar otro más lejano y aventurero , por un lado
dejaba Mérida, una tierra cálida con personas muy nobles, un sitio que es único
en el país y que espero siga manteniendo su escencia tan distinta al centro del
país, por otro me iba.
Con voz cortada me despedí de mis amigos
y me fui de regreso, era hora de volver a casa, con sentimientos encontrados
de enojo, felicidad, frustración e ilusión, se abrió un mundo de posibilidades
pero también se acabaron los viajes peninsulares o unas tranquilas vacaciones
en casa.
Originalmente iba a subir esta nota a
los 21 días, al final la terminé hoy el día 35. A un mes de eso todavía no me
acostumbro al Viejo Mundo, al Sur de España en un sitio cálido conocido como
Costa del Sol, un lugar repleto de residencias, departamentos de lujo y gente
de muchas nacionalidades.
Pero estamos aquí los 50, conviviendo
con desconocidos que nos llevamos como hermanos, compartimos absolutamente todo
nuestro tiempo, arquitectos, urbanistas, biólogos y una jurista todos con el
objetivo de mejorar las ciudades, su municipio o todo un estado.
Justo lo que quería, no soy el único con
sueños guajiros de peatonalizar ciudades, promover la bicicleta, la planeación
urbana, ver un centro histórico en México lleno de tranvías, trenes, bicis y
peatones, sabía que la arquitectura y el urbanismo no estaba desligado con la
política y el planeamiento urbano.
Es sorprendente estar con gente soñadora,
apasionada y que trabaja con las mismas herramientas que su servidor, el mundo
está repleto de personas que son felices con lo que tienen de una manenra
mediocre, ir a la escuela solamente a sus clases y trabajar en el cubículo, en
este caso no hay gente así.
Lo más curioso, todos llegamos con la
ilusión de entrar a la Facultad de Arquitectura, ver nuestros colegas y
socialiNO, nuestro curso es en Derecho ¿Quién lo diría? ¿Qué hace un urbanista
en una escuela de Derecho?
-Los de urbanismo solo sirven para hacer
calles bonitas con arbolitos y equipamiento elegante – Es la frase de todos los
que desconocen el tema, en realidad hay mucho que cambiar para que se entienda
que el urbanismo es una cuestión de participación ciudadana de todos, no
solamente calles propuestas por el alcalde.
La realidad nos ha pegado a todos,
estamos en una Facultad en la que no entendemos mucho porque abarcamos solo de
Leyes y Política, comemos todos los días patatas, comida con curry, carecemos
de chile, tortillas y WiFi.
Es vivir una nueva zona de confort, al
principio era bastante dificil, pero los compañeros y el personal
administrativo lo convierte en algo más sencillo, pasaron 35 días y diario
aprendo cosas nuevas, nunca creí estar aquí, en estos momentos escribiendo una
nota acerca de lo que sentía, en un balcón de un sexto piso de un departamento
en Sevilla, España con vista a la Torre de César Pelli.
En resumen he aprendido más normativa y
de leyes que nunca, he conocido muchos Ayuntamientos y Planes Maestros, los he
comparado con lo que existe en México y viajar ni se diga, correr por todo el
Sur de España, manejado en automóvil por dos países y llegar hasta Lisboa, Mérida,
Badajoz, Sevilla, Marbella, Ronda, Cádiz, correr para que el autobús/avión no
nos dejara varados en Bruselas, Brujas y Amsterdam, etc.
Quedan 45 días… no sé que más me depare el futuro, por el momento solo me queda disfrutar de la vista de mi departamento provisional en la capital de Andalucía.
Dedicado a todos mis amigos que confiaron en mi y que ahora están desde el otro lado del charco...
Ámsterdam, Países Bajos |